Parto Sin Dolor

Respiro profundo y me siento ligera. Faltan tres días de la semana para partir y me he sentido pasajera de variadas emociones y lugares en el espacio. En el caos de mi pequeña habitación en un quinto piso en esta tierra con tantas fallas geológicas, empecé a sentir el vértigo de la caída, el paso del tiempo es intenso y profundo, profundo demais.

El álbum familiar : el abrazo de mi joven madre que con tanta ternura sostiene a la pequeñita vestida de amarillo y en pañales. Las cartas escritas a mi abuela Chelita sobre nuestra vida en Yaritagua y Barquisimeto, Venzuela. Mi mamá le escribía en mayúscula: Daniela es MAMONA.

Ese "pedacito de gente" como me decían mis tíos paternos, desde chiquita siempre di lora,; creo que siempre he sido intensa como mis padres y curiosa como el gato que lo mató a él pero no a mi.

¡ Mi mamá!

Las palabras escritas de puño y letra de mi madre, me permiten ver con ojos compasivos el proceso que ha caminado en esta experiencia de la vida. Tantas cosas aprendidas y por aprender de esta relación uterina, ella siempre me enseña cosas sutiles y burdas, me ama y me respeta, y confía en las decisiones que voy tomando en el camino. Ambas nos soplamos los sueños para que vuelen con fuerza, nos acompañamos en las distintas manifestaciones individuales y compartidas del amor, del amor que se transforma y expande por cada partícula del cuerpo y la naturaleza.

María Consuelo mi madre, es una alquimista que used to eat roses, thought that they'd make her beautiful and they did, one supposes.

Y escucho en los rincones de mi cabeza:

Absorta está la abeja de mi mente,

a los pies del loto azul de mi madre divina

mi divina madre.

Ahora a tres días de mi partida, reconfiguro los eventos de estos días, los cafés, las cenas, las serenatas y las siembras de luna con las amigas como las despedidas más dulces, más felices y llenas de sincera dicha, porque nos despedimos para crecer, para cambiar los pensamientos de la mente y los paisajes del corazón. Nos despedimos porque conscientemente dejamos morir una antigua yo con las cargas del pasado para abrirle camino a una nueva versión de mi, más fresca, más ligera.

A un costado de un círculo sagrado despedí con besos y abrazos a mi mamá, quien me dijo con lágrimas en sus ojos que se sentía feliz de que yo hiciera las cosas que me hacían feliz, que siguiera tranquila que ella también es muy feliz.

Nahuel compuso esta canción y a petición de su mamá, mi amiga bruja, él la interpreto para mi despedida. Los eventos mágicos que te rebosan el corazón y que suceden por permitir a los niños una educación libre y alternativa que le den alas a sus sueños.